Valores: Deporte y Religión

deporte y religión

Paremos un momento y hagamos un breve análisis sociológico.

¿Creéis que la sociedad es a día de hoy educada?

Es una pregunta sencilla que se responde con un SÍ o con un NO.

Estamos en Semana Santa (o Easter como dicen los anglosajones) y me ha dado por reflexionar sobre el hecho de qué valores se inculcan a día de hoy a los más pequeños o jóvenes.

Estamos rodeados por un mundo de imagen, donde aparecen constantemente fotos y videos de gente pasándolo bien, sonriendo, siendo felices y mostrándolo en las redes sociales. Un mundo digital donde las relaciones son mediante conexiones por canales telefónicos o de ordenadores.

¿Cuántas veces hemos ido a algún restaurante y hemos visto a un niño en la mesa absorbido con Youtube o un adolescente con los auriculares y el teléfono móvil? ¿Qué hacen los jóvenes a día de hoy, comen la mayoría en la mesa con la familia o bien se van a sus cuartos a encerrarse y «aislarse»?

¿De qué forma contestamos cuando por la calle alguien nos pregunta, cuándo vamos a un establecimiento, sea un restaurante, la cola del metro, un centro sanitario o deportivo?

Aquí viene mi reflexión: Estamos perdiendo los valores, la educación.

Cada vez la gente contesta peor, tiene menos educación, se comparten menos valores, menos tiempo. En general me doy cuenta de que hay mucho menos respeto, entre nosotros, a los mayores, a la cultura en general.

Enseñamos que pueden ser youtubers, influencers, o creadores de tendencias. ¿Qué ha pasado con oficios como arquitecto, bombero, médico, pintor, mecánico entre otros? No quiero decir con esto que aquellos que se dedican a las redes sociales y difusión no deban esforzarse, pero lo que se transmite sí es eso, lo cual genera una falta de motivación gigante en la nueva generación de jóvenes.

Hace unos días una compañera psicóloga especializada en psicoterapia infanto – juvenil me decía: Estoy detectando un gran incremento en las autolesiones en adolescentes. ¿Sabéis lo que significa eso? Falta de autogestión sobre sus emociones.

Si los adultos no mostramos respeto hacia la gente hacia nuestros mayores y demostramos una ética o moral sobre aquellas personas que mediante el esfuerzo y el sacrificio han llegado a dedicarse a algo en la vida, cómo queremos que los adolescentes lo obtengan? ¿Cómo pretendemos educar en las relaciones sociales si entre nosotros ya nos nos relacionamos más que por tik-tok?

Programas televisivos que no aportan absolutamente nada, políticos corruptos, protestas con bandalismo… ese es el resultado de una sociedad INCULTA, más preocupada por cómo saldrá en la foto de Instagram que por cómo educar a su hij@.

La religión hasta ahora nos permitía un canal donde, antiguamente la gente se reunía en un lugar para reflexionar, donde se escuchaban sermones de un sacerdote hablando o nombrando a unos hombres y unas mujeres que hicieron algo por el bien de los demás.

Más allá de si creemos en un diós o no, si estamos más o menos de acuerdo con la Iglesia, la religión cristiana nos permitía seguir siendo educados y transmitir unos valores de generación en generación, de un modo antropológico.

A día de hoy cada vez hay menos gente «creyente», menos gente que sigue unos valores de vida, y en vez de eso siguen a miles de «influencers» en las redes. Si os dais cuenta, es lo mismo, seguir a un dios o un profeta o seguir a un influencer, con la diferencia de los valores que uno y otro promueven.

En uno de mis últimos viajes estuve en Sri Lanka, un país de creencia mayoritariamente budista, donde se puede palpar el culto por la reflexión, por la reunión junto a personas para PARAR y pensar, y eso se transmitía en el ambiente, en la educación, en cómo los niños jugaban y se reían juntos, en la FELICIDAD.

El deporte en cambio sigue siendo el único contexto en el que las personas educamos a los más pequeños de la sociedad en esos valores, del respeto, el esfuerzo, la perseverancia, constancia. ¿Cuál es el único problema? El abandono de la vida deportiva cuándo empieza la adolescencia, que es justo el momento clave.

El sistema educativo antes obligaba a enseñar religión y ahora se ha pervertido el sentido de esa palabra, en la que muchos padres dicen no querer que a sus hijos les inculquen esas ideas…

Creo que estamos muy confundidos y es que inculcar en ideas metafóricas para transmitir unos valores es lo que nos ayudaba a respetarnos los unos a los otros, mientras que ahora cada vez cuesta más conseguir ese respeto.

Este texto no pretende ser nada más que una pequeña reflexión sobre hacia dónde queremos ir y en qué nos estamos convirtiendo y con qué nos estamos conformando.

Da igual a qué dios queremos seguir o en quién queramos creer. Pero creamos en alguien que demuestre unos valores que nos permitan seguir siendo una sociedad inteligente y educada.

La religión entendida como metáforas, igual que las teorías de la filosofía nos permiten educar y explicar una forma de vivir SANA.

Filosofía para cuestionar el mundo que nos rodea.

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