Cuestión de percepciones

Si nos paramos a pensar un momento, podemos darnos cuenta que al final, todo es una cuestión de cómo percibimos NUESTRA REALIDAD.

Siempre hay más de una visión de una situación. Podemos ver el vaso medio lleno o bien medio vacío. Podemos creer que los demás son culpables de algo, sin ver qué parte de culpa tengo yo.

Hablamos pues de lo que comúnmente entendemos por EMPATÍA, ponerse en el lugar del otro, o lo que es lo mismo, tener la capacidad de pensar y sentir des de la percepción de la realidad de la otra persona.

En psicoterapia podemos encontrarnos con pacientes que nos cuenten sus problemas para ver las cosas de una manera menos negativa, no tiene porqué ser más positiva, también podemos verlo como más eficaz. De su visión problemática ante sus parejas, relaciones sociales, ideas negativas sobre ellos, el mundo o sus seres queridos,
En coaching también encontramos que la finalidad de un proceso es que nuestro cliente perciba sus retos como reales, con los cuales se comprometa y genere una responsabilidad.

Esto no es más que el locus de control, o lo que es lo mismo, la percepción que tenemos sobre la capacidad de control ante las situaciones en las que nos encontramos en el día a día. Es un proceso por el cual empezamos percibiendo una situación, analizando las posibilidades, las causas y las consecuencias, pasamos por interpretar qué nos hace sentir dicha situación y acabamos emitiendo una conducta, un afrontamiento. Esa conducta ya puede ser cerrarnos en banda ante cualquier posibilidad de diálogo porqué creemos pensar que estamos en lo cierto. Bien puede ser también la emisión de un juicio de valor o crítica hacia los demás o hacia nosotros mismos, puede ser un ataque verbal o físico, o bien puede que nos quedemos callados, inmóviles, bloqueados por miedo a las consecuencias de nuestras reacciones o de las reacciones de los demás.

Con cualquier paciente, cliente, amigo, familiar, trabajador que nos encontremos estaremos ante diferencias o similitudes en nuestra forma de entender y por lo tanto de percibir las situaciones, las relaciones, el mundo. ¿Qué le ha llevado a decir o hacer eso?

Cuando los psicólogos trabajamos en consulta, básicamente en el fondo se trata de ayudar al paciente a que se perciba a sí mismo o a los demás de una forma diferente. Así el paciente con depresión que realice una nueva visión de sus posibilidades o de las causas y la situación que le llevan a sentirse triste; el paciente que tiene ataques de ansiedad ayudarle a que las situaciones que percibe como ansiógenas o estresantes no lo sean, que los miedos los vean como oportunidades, que su interpretación de la realidad sea distinta, teniendo en cuenta los rasgos de la personalidad que nos definen a cada uno de nosotros, y que no son más que la forma que tenemos de relacionarnos, sentir e interpretar las situaciones.

Percibir como que nuestra pareja es la única culpable de la ruptura de una relación es demasiada responsabilidad para algo tan complejo, y probablemente podamos preguntarnos, ¿qué podría haber hecho yo para no llegar a esta situación? ¿qué puedo aprender de esta ruptura?

Ante casos donde creemos que no podremos conseguir algo, ya sea un reto a nivel laboral, deportivo o vital, cuando creemos que no podremos vivir sin alguien que nos deja o que fallece, se trata de cambiar el foco de visión, de ver más allá del fracaso, de observar las nuevas oportunidades, de aceptar, de comprender y generar una nueva percepción, visión de la nueva situación.

Todo esto no es sencillo, más que nada porqué sin tan fácil resultara, todos lo haríamos a la perfección, no habría intereses de poderes, no habría depresiones ni problemas.

La psicología, entre otras disciplinas, es la ciencia que interviene en el estudio de las percepciones de las personas, en ayudar a que los pacientes interpreten su realidad des de otro punto de vista, con otros argumentos, con otros sentimientos, pero siempre cediendo el protagonismo a los pacientes, la responsabilidad de que son ellos solamente los que puede llegar a ese punto, nosotros sólo podemos hacerles reflexionar, ayudarles a que miren dónde nunca se imaginaron que hubiese algo para mirar, para observar, interpretar y decidir.

La percepción, al fin y al cabo crea o genera realidad.