Efecto Puyol

Cuando hablamos de Carles Puyol todos tenemos en mente a uno de los mejores defensas de la historia del fútbol.

Hay varias cosas en las que fijarse si queremos tener una ligera idea de qué aspectos han llevado a este jugador a convertirse en un icono para el FC Barcelona y para la Roja, así como para éste deporte a nivel mundial.
En primer lugar, lo que le ha hecho grande es su perseverancia: El mejor ejemplo lo tenemos con su última lesión, y la constancia que ha tenido para trabajar sin cesar con tal de estar en el terreno de juego al máximo de sus posibilidades. En el campo siempre es así, sale y no da una pelota por perdida, va a todas, siempre está ahí, signo también de su calidad en la visión de juego, signo también por otro lado de su concentración en la tarea.

Puyol es coherente, se rige por unos valores muy claros: El fútbol es un deporte, en el que yo tengo que procurar limpiamente que el balón no cruce la línea de mi portería, y menos con la mano, puedo hacer lo que sea. Es el claro ejemplo de dejarse la piel en el campo. Puyi siempre ha dado la cara.
Sin ser un jugador sucio, ni teatral, es un duro defensa, contundente y potente. Tiburón

Ha demostrado también ser fiel a sus colores, a su club y a su ciudad así como a su selección.
Nunca una palabra de más en los terrenos de juego, intentando siempre rebajar la tensión en los peores momentos de tensión. 

Humildad en saber ser el capitán de uno de los mejores clubes de fútbol a nivel mundial. Traspasando su generosidad en ceder el rol de capitán a otros compañeros con amables y grandes gestos de valores como ceder el brazalete a Abidal, evitar conflictos en el terreno de juego al sacar un mechero que le lanzaron. 

Tanto con el Barça como con la Roja, este jugador de la Pobla está siendo un referente en el vestuario, probablemente debido a que su activación la transmite al equipo en cada momento, siendo una mecha que lleva a encender siempre el espíritu de sus compañeros tras encajar un gol, para juntarlos tras meter su equipo uno o para subir y bajar incansablemente para meter goles de cabeza y luego robarle el balón a los mejores delanteros del mundo. Esto es liderazgo.
Incansable.

Tras su anuncio de dejar a final de temporada el club de su vida, ha hecho que empecemos ya todos a rendir homenaje a su carrera, a su esfuerzo por dar siempre el máximo de sus posibilidades, a la espera de que decida si se marcha a otro club, donde pueda jugar a un nivel menos exigente para finalizar su carrera deportiva o bien si por el contrario decide colgar las botas e iniciar su transición deportiva hacia su nueva vida laboral.

Este será un momento crucial, que deberá preparar con antelación para tener en cuenta todos los factores que pueden repercutir en su vida como ex-jugador, pero me atrevería a prever que Puyol sabrá cómo hacerlo, cómo asesorarse de los profesionales adecuados para redirigir el rumbo de su vida, al lado de su familia, porqué siempre ha demostrado tener la cabeza para algo más que para lucir melena.

Para todos los amantes del fútbol, de los valores, de la cualidad personal y la psicología, disfrutemos de este eterno central.

Gràcies Puyi, gràcies capità.
Etern CARLES PUYOL